Navidad… días de felicidad y de alegría.
Fechas que se deben de disfrutar.
Compartiendo con toda la familia.
Y a los amigos, un cariño y una sonrisa poderles brindar.

La Navidad envuelve a todos con su manto de alegría y armonía.
Y la felicidad florece por todas partes.
La emoción de la Navidad nos embriaga todo el día.
Y nos hace vivir momentos emocionantes.

Por todas partes se ve vibrar, una tibia actividad.
Llena de una contagiosa alegría.
Que nos motiva a disfrutar de esta Navidad.
Rompiendo por completo de la vida, nuestra monotonía.

Recordemos… que la vida es solo de momentos.
Qué tal vez jamás, nunca volverán.
En esta Navidad, debemos de olvidarnos de todos los tormentos.
Y gozar de esos momentos, qué tal vez nunca más regresarán.

Dejemos que la alegría de esta Navidad, nos llene el corazón.
Y se la podamos trasmitir, a todos los que amamos y queremos.
Con una sonrisa o con un gesto de emoción.
Lo mucho que sinceramente los apreciamos, los queremos y amamos.

La verdadera moraleja de esta poesía.
Dentro de un marco de moderación y de felicidad.
Es estimular a todos, a llenar el alma de mucha alegría.
Para poder disfrutar a plenitud de esta bella Navidad.

Por: Orlando Bru